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4 razones científicas por las que nos gustan las nalgadas durante el sexo

Nos fascina sentir su mano de golpe en las nalgas a diferentes velocidades y formas hasta que nos hagan temblar. Pero, ¿por qué?

El sudor empieza a escurrir en mis senos. Nos agitamos en la infinita danza de gemidos, lenguas, saliva y placer. Sólo pienso en cómo se siente dentro de mi, una y otra vez, hasta que algo me distrae. Como un rayo, escucho primero el sonido y después lo presencio. Su nalgada me regresa de golpe a la realidad y de vuelta al placer en un solo momento. Siento el ligero ardor donde su mano estuvo por menos de un segundo y me doy cuenta de que todo en mi cuerpo está tenso y lentamente regresa al ritmo de su respiración.

Freud estaba equivocado.

Así como lo ha demostrado la psiquiatría moderna, el psicoanálisis no es tan efectivo como lo creía Sigmund Freud, quien se basaba en una simple observación abstracta de la mente humana para tratar de explicar algunos fenómenos psicológicos.

Por ejemplo, el neurólogo creía que si a un niño le daban nalgadas repetidamente como una forma de castigo, de adulto podría tener fuertes inclinaciones hacia el sadomasosquismo, cuando la realidad es mucho más compleja.

 

A muchos nos gustan las nalgadas y nunca nos dieron una sino hasta que tuvimos sexo con alguien. Es parte del ritual y es algo común y divertido. Pero, si la suposición de Freud era incorrecta, entonces, ¿por qué nos gusta?

La relación entre el placer y el castigo

De acuerdo con la doctora Jessica O’Reilly, el hecho de que sepamos que las nalgadas están relacionadas con un castigo y que aparezcan súbitamente en una situación de placer suele parecer atractivo. En cierta forma a algunos nos gusta la sumisión, y como nos encontramos en una relación sexual consensual, en la que confiamos y le damos poder a alguien, resulta placentero sentir de sorpresa una especie de castigo.

Es un área sensible

Mientras que una manotada en cualquier otra parte podría parecer dura, en las nalgas, que es una parte del cuerpo al borde de la espina donde están la mayoría de los receptores de los nervios, es placentero. Así lo afirma la Dra. Rebecca Plante. Aunque podría vincularse con el dolor, no es muy grave y al hacerse más sensible ayuda a incrementar la satisfacción al momento de tener sexo (o si se hace antes, ayuda a preparar al cuerpo de una manera sensual).

El contexto cultural

La Dra. Plante también menciona, con base en su investigación sobre la sexualidad en aspectos culturales e interpersonales, que «los planos sociológicos forman nuestros intereses sexuales». Como mencionamos, el relacionar la nalgada con castigo puede ser atractivo, pero también es posible que en las sociedades como las nuestras sea llamativo porque la sociedad lo ha hecho así. Es una actividad popular que ha hecho eco desde hace siglos, al estar enterados de ella, es más probable que crezca nuestro interés en recibir o dar nalgadas. Eso explica por qué los hombres son más propensos a querer darlas, mientras que las mujeres las reciben.

Tu cerebro

Cuando tenemos sexo, el cerebro produce unos neurotransmisores llamados endorfinas, los cuales se encargan de provocar un sentimiento de bienestar, al igual que el analgésico, lo cual significa que reduce el dolor de forma natural. Cuando recibimos una nalgada, además de liberar más endorfinas, se activa el efecto analgésico, reduciendo el dolor de la nalgada mezclándolo con una sensación agradable. Asimismo, el químico cortisol, el cual está asociado con el estrés, mezclado con el placer tiene un efecto que hace que nuestra mente se sienta separada del cuerpo, distrayéndonos por completo, enfocándonos solamente en el sexo y el placer.

De igual forma, un estudio publicado en The Guardian asegura que cuando hay nalgadas o mucha actividad física, cambia el flujo sanguíneo, lo cual puede hacer unas áreas mucho más sensibles, como es el caso de los glúteos.

No a todos les gustan las nalgadas, por supuesto. Pero los que sí lo disfrutamos hemos pensado en lo raro que es disfrutar un golpe que está relacionado con un castigo a los niños. Asimismo, es intrigante saber por qué a algunos nos excita ser sumisos y a otros dominantes. El sexo es un fenómeno peculiar que vale la pena estudiar, y así comprender por qué el dolor muchas veces está vinculado con el placer.

Fuente: Cultura Colectiva

Por: Alonso Martínez

https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/por-que-nos-gustan-las-nalgadas-en-el-sexo/

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