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Céspedes, la mayor incertidumbre del béisbol.

Florida.- El coach de los Mets, Gary DiSarcina, estaba parado cerca de donde el autobús del equipo esperaba detrás del jardín derecho del Ballpark of the Palm Beaches. Era otro autobús que no llevaba a Yoenis Céspedes. En una hora, los Mets jugarían ante los Astros en otro encuentro de pretemporada sin la presencia del cubano. Otros Entrenamientos Primaverales sin el oriundo de Granma. Por lo menos hasta ahora.

Céspedes estaba en el complejo de los Mets en Port St. Lucie. Ha estado bateando, principalmente en privado. Según varios informes, también viene corriendo hacia la primera base. Existe un sentimiento en los Mets que indica que el cubano podría regresar pronto al terreno, incluso antes del Juego Inaugural del 26 de marzo.

Le pregunté a DiSarcina sobre cómo estaba Céspedes, y él dijo que el jardinero ha estado trabajando mucho.

Eso mismo afirmó Brodie Van Wagenen, quien fue el agente de Céspedes cuando éste firmó un contrato de cuatro años y US$110 millones antes de la temporada del 2016 y que ahora se desempeña como gerente general de los Mets.

“No tenemos una fecha de recuperación establecida para Yoenis”, dijo Van Wagenen. “Estamos enfocados en lo que puede hacer diariamente y en cómo va progresando”.

Ésa ha sido la posición oficial del equipo sobre Céspedes en esta pretemporada, mientras el cubano continúa su recuperación de la cirugía en el tobillo derecho que le costó toda la temporada pasada. Cuando se fracturó un tobillo en su rancho en Port St. Lucie en mayo pasado, seguía rehabilitándose de cirugías que se realizaron el invierno anterior en sus dos talones.

La última vez que Céspedes vio acción de juego fue en julio del 2018, en la Serie de Subway ante los Yankees. En ese último partido, Céspedes se fue de 4-2 con dos carreras anotadas y un jonrón. Cuando regrese al terreno, eso es lo que puede hacer: Conectar hits y disparar cuadrangulares. Incluso con todo el tiempo que ha pasado, nadie ha olvidado de lo que es capaz.

DiSarcina era coach de los Angelinos en el 2014 cuando Céspedes empezó la temporada con los Atléticos, antes de ser cambiado a los Medias Rojas. Para el momento del canje, DiSarcina había visto suficiente del cubano en la División Oeste de la Liga Americana.

“La primera vez que lo vi estrechamos manos y le dije ‘Gracias’”, contó DiSarcina.

“¿Por qué?” le contestó Céspedes.

“Porque cuando fuiste cambiado en el 2014, sabía que ganaríamos la división”, dijo DiSarcina.

Un año después, los Medias Rojas enviaron a Céspedes a los Tigres por Rick Porcello. Luego, el gerente general para entonces de los Mets, Sandy Alderson, trajo al cubano al Citi Field en otro canje, para presenciar una de las mitades de temporada más importantes en la historia del club y que terminó llevando a Nueva York a la Serie Mundial ante los Reales.

Luego de llegar a los Mets en julio de aquel 2015, no hubo nadie más valioso que Céspedes en ninguna de las ligas. No hubo nadie más determinante para que Nueva York llegara a la quinta Serie Mundial en la historia del club.

Ahora, Céspedes acumula casi dos años completos sin jugar. Incluso con el progreso informado, no hay un mayor misterio en esta pretemporada que Céspedes. Cuánto le queda en el tanque o cuándo jugará nuevamente, si es que juega. Sigue trabajando en Port St. Lucie, intentando llegar a un estado óptimo para por fin regresar al terreno. Si lo hace –y ésa es una interrogante—podría convertirse en el principal factor determinante en el Este de la Liga Nacional, división que se espera sea bien disputada.

Los aficionados de los Mets aún recuerdan lo que hizo Céspedes tras su llegada al equipo en el 2015, cuando llevó al club a su primer Clásico de Otoño en 15 años. En camino al estadio el martes, vi a un fanático de los Mets vistiendo una camiseta que decía “El Este es Nuestro. 2015”. No sólo fue el Este. Los Mets derrotaron en cinco juegos a los Dodgers y luego barrieron a los Cachorros en los playoffs. En ese momento, la Liga Nacional fue de ellos. Nada de eso hubiese pasado sin el cubano, quien causó un impacto más allá de las estadísticas que dejó en 57 juegos (17 jonrones, 44 impulsadas, .280 de promedio y .942 de OPS).

“Mucho poder”, dijo el gerente general de los Nacionales, Mike Rizzo, quien vio de cerca el impacto de Céspedes ese año. Luego añadió: “Todavía tenía piernas”.

Los Mets necesitaban ese año a alguien como Céspedes. Y necesitan a alguien como él ahora, con Michael Conforto lesionado del costado. Conforto dio 33 jonrones el año pasado y anotó 92 carreras, cubriendo a Pete Alonso en el orden al bate.

El rancho donde Céspedes sufrió la lesión en el tobillo se llama “La Potencia”. Cuando los Mets tuvieron esa potencia con ellos, llegaron a la Serie Mundial y disputaron el Juego del Comodín al año siguiente ante Madison Bumgarner y los Gigantes. Han esperado mucho por su regreso. Siguen esperando por ese autobús.

Fuente: MLB

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